Antonio Losilla, al presenciar una escena violenta en la que un hombre de unos setenta años agredía a su esposa de la misma edad, no dudó en actuar. Tiró del freno de mano y salió disparado del coche hacia la furgoneta aparcada en la acera. "El marido empezó a agredirla, cogiéndola del cuello y dándole puñetazos", relató Antonio en una entrevista para Espejo Público.

Sin pensarlo dos veces, Antonio se lanzó sobre el agresor. "He ido a retenerlo, tenía que evitar que le pegara, le inmovilicé, le dije que era un sinvergüenza y que de aquí no se iba". La intervención de Antonio no fue sin complicaciones. La confusión en la calle llevó a algunos transeúntes a pensar que él era el agresor, y se acercaron para defender al hombre. Mientras tanto, su mujer y sus suegros trataban de explicar que Antonio estaba protegiendo a la víctima.

El supuesto agresor intentó escapar al ver el alboroto, llegando incluso a golpear a la esposa de Antonio en la mano. Sin embargo, Antonio logró mantenerlo inmovilizado hasta que llegó la policía unos minutos después. "La mujer, la víctima, tiene marcas en el cuello", comentó Antonio, visiblemente afectado por lo sucedido. "No podía permitir que la maltratara. A mí me gustaría que si a alguien que yo quiero le pasa eso, hubiera alguien que actuara en el acto".

A pesar de los esfuerzos de Antonio para convencer a la víctima de que denunciara, ella se negó. "Le hemos dicho que denunciara, pero no quiso porque es su marido", explicó. Antonio, quien actualmente está de baja a la espera de una operación, recordó dolorosamente cómo su propia madre había sufrido violencia doméstica. "Sé de lo que hablo. Mi madre sufrió esto. Lo he visto. Lo he vivido en carne propia, así que no podía hacer otra cosa más que parar".

Este acto heroico de Antonio Losilla destaca no solo la valentía y el compromiso de proteger a otros, sino también la difícil realidad de las víctimas de violencia doméstica, quienes a menudo sienten miedo o presión para no denunciar a sus agresores. La intervención de Antonio evitó una tragedia mayor, pero también subraya la necesidad de un mayor apoyo y recursos para las víctimas de violencia machista.