El informe revela que la falta de motivación entre el personal suboficial más joven, y la carencia de formación adecuada, están directamente relacionadas con la búsqueda de una mejor calidad de vida. El informe acusa a los militares de querer mejores salarios, horarios más flexibles y condiciones laborales justas, cuestiones que el Ministerio de Defensa ha ignorado de forma recurrente.

Es innegable que el personal militar, y el informe habla de profesionales que asumen responsabilidades técnicas muy específicas, merece una remuneración y condiciones laborales acordes al puesto que ocupan. La falta de motivación señalada en el informe no es una simple cuestión de actitud, sino las consecuencias de la falta de derechos laborales básicos y el nulo interés de la cadena de mando por solucionar el problema. Mejorar las condiciones salariales y laborales no solo incrementaría la motivación, sino que también reduciría la alta rotación de personal, un problema que actualmente afecta la estabilidad y operatividad del Ala 31.

El Ministerio de Defensa debe reconocer que la clave para resolver estos problemas radica en dignificar la profesión militar. Mejorar los salarios, proporcionar horarios más flexibles y ofrecer oportunidades reales de desarrollo profesional son medidas fundamentales para asegurar que nuestros militares puedan desempeñar sus funciones con la motivación y el compromiso que su misión necesita.

La defensa de los derechos laborales de los militares no solo es justa, sino también esencial para mantener la operatividad y seguridad de nuestras Fuerzas Armadas. Es hora de que el Ministerio de Defensa tome medidas concretas para mejorar las condiciones laborales, en lugar de dar la callada por respuesta cuando se le plantean estas cuestiones.