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Montero dice que los salarios militares han aumentado un 16% desde 2018 mientras ignora la inflación galopante

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La situación salarial de los militares ha vuelto a ser motivo de acalorado debate en la reciente sesión de control al Gobierno en el Senado. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha insistido en que el sueldo de los militares ha subido un 16% desde 2018, una cifra que, aunque significativa a primera vista, no resiste un análisis más profundo en el contexto económico actual. Las críticas por parte de VOX, representadas por su portavoz en la Cámara Alta, Paloma Gómez, subrayan que esta subida es insuficiente y no refleja la realidad económica que enfrentan los miembros de las Fuerzas Armadas.

En su intervención, Gómez destacó que los militares tienen un salario base de apenas 1.140 euros y están excluidos de las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) por no estar incluidos en el Estatuto de los Trabajadores. Esta exclusión significa que dependen exclusivamente de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para cualquier aumento salarial. Lamentablemente, los presupuestos de este ejercicio han sido criticados por su falta de impacto positivo en las retribuciones militares, quedando «evaporados» según las palabras de la senadora.

La realidad económica actual refuerza la necesidad de una revisión más equitativa y justa de los salarios militares. Desde 2018 hasta junio de 2024, la inflación acumulada en España ha sido considerable, alcanzando un 20%. Este aumento de los precios ha erosionado el poder adquisitivo de los ciudadanos, incluyendo a aquellos que sirven en las Fuerzas Armadas. Si bien la vicepresidenta Montero puede argumentar que los salarios han aumentado un 16%, esta cifra no alcanza a cubrir la inflación acumulada, lo que en la práctica significa una pérdida de poder adquisitivo para los militares.

Además, Gómez ha señalado que las retribuciones están «prácticamente congeladas» y que la carrera militar es «menos atractiva que nunca». Este estancamiento salarial no solo afecta el bienestar económico de los militares y sus familias, sino que también pone en riesgo la captación y retención de talento en las Fuerzas Armadas, un aspecto crucial para la Defensa nacional.

El reproche de Gómez a Montero no se limita a la cuestión salarial. La portavoz de VOX acusó a la vicepresidenta de «dejadez» por no abordar adecuadamente la situación de los militares mientras, según ella, se ocupa de otras prioridades políticas como la condonación de una deuda de 15.000 millones de euros a Cataluña. Este contraste subraya una percepción de falta de equidad y atención hacia los ciudadanos de uniforme.

Es imperativo que el Gobierno reevalúe y ajuste los salarios de los militares para alinearlos con la inflación para poner freno al continuo empobrecimiento de estos trabajadores. Los miembros de las Fuerzas Armadas no solo merecen un reconocimiento moral, sino también una compensación justa que les permita vivir con dignidad a ellos y a sus familias. Es una cuestión de justicia salarial y de asegurar la eficacia y sostenibilidad de nuestras Fuerzas Armadas en el futuro.